y no la vendas
Testimonio
Soy el mayor de cuatro hermanos, naci en un hogar de clase media, mi madre ama de casa y mi padre un carpintero, con tradiciones católicas me sentí defraudado por la iglesia Romana y me convertí en un ateo, renegando de la existencia de un Dios y de un diablo, pensaba que todo eso pertenecía a un gran negocio y al folklore popular.
Unos familiares de mi esposa se convirtieron al Señor y por ser amigos trataron de predicarme, se esforzaron para convencerme, pero debatía me burlaba de ellos, en varias oportunidades quedaron sin argumentos, eran muy nuevos en la fe y yo humanamente me consideraba sabio.
Decepcionados, dejaban pasar un par de semanas y lo volvían a intentar, recuerdo desafiarlos, desafiar a Dios e incluso al diablo si era que existían.
Cansados de lidiar conmigo dijeron: «No vamos a predicarte más, solo vamos a orar para que Dios salga a tu encuentro» esa fue su última vez.
Pasaron unos días y yo iba a tener una experiencia que me cambiaría la vida y me marcaría para siempre.
Una noche, cerca de la madrugada literalmente salí de mi cuerpo y quedé suspendido en el aire cerca del techo de mi habitación, estaba plenamente consciente, podía ver, oír, sentir y pensar, veía mi cuerpo sobre la cama al lado de mi esposa que dormía, pensé que había muerto, intenté manejar mi cuerpo, moverme, estirar la mano para prender la luz o despertar a mi esposa, mi cuerpo estaba inerte y no me obedecía, me entró una gran desesperación, yo que no creía siquiera que el hombre tuviera un alma o existiera algo más después de la muerte, ahora estaba protagonizando personalmente la misma muerte.
Dios me estaba mostrando durante aquellos minutos que duró esa experiencia, que si tenemos un alma, que la muerte no es el fin de todo, que seguiremos siendo conscientes y con todas nuestras facultades o sentidos, me mostró que el era real y también existía Satanás y la condenación; pensé que yo no estaba preparado, me había burlado una y otra vez y no creía en nada, me aterroricé y luchaba por volver a mi cuerpo, era imposible, de pronto me recordé algo que aquellos creyentes me decían cuando yo invocaba al diablo para que se me aparezca: «Satanás no te teme a ti, ni a nadie, solo le teme a la sangre de Cristo, porque Jesús le venció y tiene poder»
Entonces clamé: ¡La sangre de Cristo tiene poder!….Y en un instante entre dentro de mi cuerpo, abrí mis ojos, prendí la luz y sacudí a mi esposa para despertarle, estaba temblando y bañado en transpiración, no necesité ningún argumento para convencerme de las verdades espirituales, esa semana estaba en la iglesia aceptando a Cristo, a los pocos meses me bauticé, tenía 22 años, hace casi cincuenta años.
Dios me honró con el privilegio de ganar a toda mi familia, y cuando digo toda, es toda, mis padres, hermanos, suegros, cuñadas, sobrinos, mis tíos, primos, abuelos, etc. Y luego Dios también me permitió ser su primer pastor.
Pastor Sergio Gebel
Comienzos
Fui enviado a la obra misionera por las Asambleas de Dios, primero en la Pcia. de Entre Ríos, donde levante el templo y realicé doce bautismos, luego me enviaron a la Pcia de Misiones, también atendí allí tres congregaciones cerca de la frontera con Brasil y Paraguay, cuando regreso a Buenos Aires en el año 1980 comienzo este ministerio, en un cuarto de dos por tres metros, muy precario, de chapa, y con una sola familia, luego se fueron añadiendo los primeros frutos y construimos el primer templo, registramos la obra en el gobierno, se forman los primeros obreros, y así comenzamos, en lugares prestados, bajo las sombras de los árboles, en lugares rentados, al aire libre, hasta que pudimos tener las propiedades y construir los templos.
Incursionamos en el ministerio evangelistico cooperando con Iglesias hermanas, el ministerio radial en varias emisoras, fundamos la Escuela Bíblica de Educación Cristiana, funcionamos por varias décadas en forma intinerante formando obreros en diversas congregaciones, muchos fueron graduados cada año; Fundamos el primer Consejo Pastoral de la zona norte; varios pastores surgieron de este ministerio.
Hoy llevamos cuarenta años de trayectoria donde hemos visto nacer, criarse, casarse y tener sus hijos a hermanos que también despidieron a sus abuelos y sus padres, siendo una iglesia sin «puerta de atrás» porque la mayoría permanecen con nosotros.
Obra misionera
Hace más de cuarenta años fundamos este ministerio y como lo dice su nombre, somos una iglesia evangelística, desde la primera hora nos enfocamos en predicar en lugares públicos, hemos realizado campañas y formado grupos para salir a las calles, predicamos en terminales, plazas, en cada esquina donde tenemos nuestras congregaciones, y también entramos en hospitales, asilos, cárceles, internados, clínicas, etc.
La obra misionera también fue nuestra meta temprana, hicimos numerosos viajes a las provincias de nuestro país, casi llegando a la mayoría, en algunas abrimos congregaciones, enviamos y sostuvimos obreros, tuvimos iglesias en Chaco, Córdoba, Entre Ríos, Misiones, San Juan, y tambien pudimos por muchos años mantener obra misionera en el Brasil y Paraguay, después algunas de estas congregaciones se independizaron o pasaron a pertenecer a otros ministerios, hoy estamos con cuatro congregaciones en la pcia. de Misiones y las demás en la Pcia. de Buenos Aires.
Iglesias
Ministerio Evangélico de las Asambleas de Dios
Pastor presidente: Sergio Gebel
Fundación: 1980
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